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Belén en el año 1894

  Donde todo comenzó.
  El nombre de Belén deriva de la palabra hebrea Beth-lehem que significa Casa del Pan, tal vez porque era una localidad fértil en una zona de estepas desérticas.
  Aldea situada a unos nueve kilómetros de Jerusalén la capital de Israel, en la época en que nació Jesús, no debía contar con más de mil habitantes, sobre todo pastores y campesinos.
  Actualmente se conoce con el nombre de Bayt Lahm, y está situada en Cisjordania, con una población aproximada de 30.000 habitantes.
  La importancia de Belén siempre ha estado registrada en la historia, y no solo por el nacimiento de Jesús. En sus orígenes la población pertenecía a la tribu de Judá. Fue la cuna del rey David, rey del naciente reino de Israel y bajo el cual el reino adquiriría un gran esplendor. Lugar donde murió y todavía podemos visitar la tumba de Raquel, esposa de Jacob.
  Miqueas (5,1) lo había profetizado: "Pero tú, Belén de Efratá, eres la más pequeña entre las aldeas de Judá; de ti sacaré al que ha de ser jefe de Israel..."

Vidriera de la Natividad

          Da igual su nombre.
  Fue allí donde tuvo lugar el acontecimiento que ha dado nombre a los Belenes, aunque  también existen otras denominaciones como la de Nacimiento, extendida por toda nuestra geografía, o la de Portal, llamada así por la zona del Sur de España, y la de Pesebre que se da por Cataluña o Sudamérica.
  Cualquiera de ellas es una bonita manera de llamar a esta representación plástica que tradicionalmente llega a nuestros hogares con emoción y devoción al final de cada año.
 

 Primera imagen.

  Desde siglos, los cristianos han sentido la necesidad de representar plásticamente el nacimiento de Jesús.   Entrando al fondo de una de las galerías de las catacumbas de Santa Priscila (Roma), podemos ver en el techo de una de las veneradas tumbas, una pintura sobre estuco parcialmente caído, donde esta representado el Buen Pastor. La imagen de Cristo en un jardín de árboles con flores rojas y verdes.   Y al extremo derecho de la pintura hay una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, junto a ellos el profeta Isaías vestido con túnica señala una estrella, haciendo alusión a la profecía (*) de Balaam: “una estrella saldrá  de Jacob, y un Rey surgirá de Israel”.

 Pintura de Santa Priscila
  El estilo del fresco y su localización (en una de las áreas mas antiguas del cementerio), contribuyen a datar la imagen a finales del siglo II.

 

  (*) Profecía de Balaam:"Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no cerca; una estrella saldrá  de Jacob, y un cetro se levantará de Israel que aplastará la frente de Moab y derrumbará a todos los hijos de Set. Edom será una posesión; también será una posesión Seir, su enemigo; mientras que Israel se conducirá con valor. De Jacob saldrá El que tendrá dominio, y destruirá al remanente de la ciudad."
(Números 24:17-19)

 

 

                Sarcófago de Castiliscar Siglo IV                    A la derecha la Virgen con el niño y los 3 reyes magos

  Pocas imágenes.
  Debido a las persecuciones y acusaciones por idolatría de que eran objeto los cristianos, solo encontramos representaciones de la Natividad esporádicamente, como algunos relieves en varios sarcófagos, o escenas de la Epifanía con los Reyes Magos en unas catacumbas de Roma (siglos III y IV).
  A partir del siglo IV, estas representaciones del Nacimiento, empiezan a ser mucho más numerosas que las de la Pasión, siendo el siglo VII
cuando el Papa Teodoro manda construir en el interior de la iglesia de Santa María la Mayor, de Roma, un oratorio reproducción de la cueva de Belén.
  La escuela románica y luego el arte gótico representan pero de forma independiente a los componentes de las escenas de la Natividad en multitud de pórticos, baptisterios, libros de oración y en orfebrería.
  Es por ello que el verdadero origen del Belén hay que buscarlo en las representaciones del Nacimiento en las fiestas Navideñas.
  San Francisco.
  Francisco Bernardone nació en Asís, Italia, en el año 1182.
  Fue el fundador de la orden Franciscana (o Hermanos Menores) en 1209, de Las Clarisas (o Damas Pobres) en 1212 y la de los Terciarios ( o Hermanos de la Penitencia) en 1221.
  La devoción de San Francisco por la fiesta de la Navidad le venía, desde los comienzos de su conversión. Le hubiese gustado hablar con el emperador Federico II para que el día 25 de Diciembre, obligase a los señores de los castillos y villas para que sus súbditos diesen de comer en un día tan especial a los pájaros del camino y a los bueyes y asnos, y por supuesto a los pobres.
  Cuenta su primer escribano el fraile Tomás de Celano, que en el año 1223 decidió crear por primera vez una recreación viviente del Nacimiento en la cueva de un bosque cerca de Greccio.
  El sábado 3 de octubre de 1226, hacia las 19 horas, murió a la edad de 44 años. Fue sepultado en la iglesia de San Jorge. El 16 de julio de 1228, el Papa Gregorio IX canonizó a Francisco de Asís y se convirtió en Santo.

 

San Francisco de Asis

Capilla de Santa Lucia en el santuario de Greccio

  El primer Belén.

  25 de diciembre de 1223, Greccio es una aldea pequeña de origen medieval antiguo, en la provincia de Rieti, al noreste de Roma, en la pendiente del Monte Lacerone.

  Todo se celebró como estaba previsto: la noche de Navidad, la gente del castillo se dirigió al lugar donde vivían los frailes, cantando y con antorchas y en medio del bosque.
  En una gruta prepararon un altar sobre un pesebre, junto al cual habían colocado una mula y un buey.
  Aquella noche, como escribió Tomás de Celano, se rindió honor a la sencillez, se exaltó la pobreza, se alabó la humildad y Greccio se convirtió en una nueva Belén. Para una celebración tan original Francisco había obtenido el permiso del papa Honorio III. La homilía corrió a su cargo, pues era diácono, y mientras hablaba del niño de Belén, se relamía los labios y su voz era como el balido de una oveja. Un hombre allí presente tuvo una visión de un niño que dormía recostado en el pesebre, y Francisco lo despertaba del sueño.
   La gente volvió contenta a sus casas, llevándose como recuerdo la paja, que luego se demostró una buena medicina para curar a los animales.

Oratorium Praesepis de Arnolfo di Cambio año 1289

   Primeros tiempos.

   Con el paso de los años, los franciscanos siguieron el ejemplo de su fundador, y Santa Clara difundió por Italia esta piadosa costumbre que se extendió en la iglesia.

  Pero el testimonio mas antiguo de un Belén con figuras y no con personas, lo encontramos en el año 1.252 en el monasterio alemán de Füssen (Baviera).
  Posteriormente el Belén mas antiguo conservado es una obra en mármol blanco de 1289 de Arnolfo di Cambio, famoso como arquitecto de la catedral de Florencia, que le fue encargada por el Papa Nicolás IV, y que hoy en día una parte se conserva en la basílica de Santa María La Mayor de Roma.

Belén de coral siglo XVI

         Larga tradición.
  El primer Belén en España, se atribuye al instalado en la catedral de Barcelona en el año 1300.
  Pocos años después se inicia la gran difusión de los Belenes en el mundo católico por el Papa Juan XXII.
  En el siglo XV el clero con la protección de los mecenas, difundía los Belenes en los templos europeos, luego pasó a las casas señoriales, testimonio de ellos son los famosos belenes Napolitanos, los cuales se empezaron a elaborar en Italia hacia el siglo XVI, con finas figuras ante un fondo pintado, al que le siguió un paisaje en relieve.
  Sin dudas el pueblo no pudo quedarse ajeno y también tuvo la idea de crear sus propios pesebres, no con el mismo refinamiento artístico de los primeros, sino con ingenio y creatividad, elaboraban sus imágenes de barro o cartón.
  Extraordinaria difusión tuvo el Belén en Portugal y Francia, particularmente en Provenza.
  En Polonia el Nacimiento se conoció bastante pronto; en varias iglesias polacas se conservan estatuillas medievales italianas y locales de los siglos XV, XVII y XVIII.
  Del siglo XVI todavía se conserva el Belén de Coral en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, todas las figuras están talladas en coral, plata y bronce, desconociéndose su autor o autores.
  Llegamos al XVIII.
  Autores como Martínez Montañés en el siglo XVI, Luisa Roldán "La Roldana" (escultora del Rey) en el siglo XVII, contribuyeron con sus esculturas al auge que posteriormente tomaría la instalación de belenes.
  Como anécdota de este siglo XVII, basta observar que en el inventario de bienes de Lope de Vega, constan las figuras de un belén que se ponía en su casa.
  En el Nápoles barroco del siglo XVIII, con el auge de la escultura y el arte escénico, el Belén adquirió una relevancia especial y definitiva, que transmitió a otros lugares del Mediterráneo y a Alemania.

Belén Napolitano del siglo XVIII

  Carlos III, que era muy religioso, estimuló a los artesanos para recrear los pesebres, y hasta él mismo interviene en la creación de las figuras de su propio Pesebre.
   Hacia 1790 nace la fábrica de porcelanas de Capo di Monte interpretando un nuevo gusto en los pesebres que copiarían muchas otras partes de Europa.
  En Nápoles surgió el modelador de estatuillas y de este modo aparecieron los especialistas en pastores, el más ilustre de los cuales fue Giuseppe Sammartino y animalistas como Saverio Vassallo.

 

 

Belén del Principe

   Belén del principe.
   Carlos III, que había hecho del nacimiento una institución nacional en Italia mientras ocupó el trono de Nápoles, introdujo el arte del belenismo en España, encargando más de 200 figuras a los artistas valencianos José Estévez Bonet y José Ginés Marín y al imaginero murciano Salzillo, que construyeran figuras para una de las creaciones más queridas: "El belén del príncipe", para deleite de su hijo Carlos IV y demás infantes de la corte.
   Este belén se caracteriza por tener figuras de diferentes tamaños (hasta medio metro) para una acertada perspectiva al ser colocadas.
  Aunque este Belén cuentan que contaba con casi 6000 figuras, todavía se conservan muchas en el Palacio Real de Madrid, estando el resto repartidas en museos y colecciones particulares.

Sagrada Familia de Salzillo

   Imagineros españoles.
  En el año 1776 el imaginero murciano Francisco Salzillo amparado por la familia del marques de Riquelme, elaboró un rico Belén con más de 900 figuras que se conserva casi completo en el Museo Salzillo de Murcia.
  No podemos olvidar en la historia del Belén, a Fray Eugenio de Torices siglo XVII, o los catalanes Amadeu, Talaru y Vallmitjana, la escuela murciana, la escuela de Olot, la escuela granadina y la jerezana.
 
   Recordemos la larga lista de imagineros españoles que ha dado este mundo del Belén:
 

como José Luís Mayo Lebrija, Martín Castells y Martí, los murcianos José Nicolás Almansa, los hermanos Griñán, Serrano, Amo ,Guillén, Galán , Decorate y otros, en Granada tenemos a José Miranda y Jesús Jimenez continuador de la escuela barroca granadina de su abuelo Rada, y Jerez con Pedro Ramírez Pazos..

 

Belén Mexicano

   Traspasando fronteras.
  En América, fueron los frailes quienes introdujeron las costumbres navideñas cristianas, y entre ellas los nacimientos toman un papel importante.
  Fray Pedro de Gante en la escuela que fundó en Texcoco (Mexico), adiestró a los mexicanos en la confección de figuras y detalles de los nacimientos.
 Desde América comenzaron a llegar y a darse a conocer, los exóticos y atractivos belenes de ese continente,
con novedosos diseños, sobre todo los peruanos y mexicanos, con una policromía muy colorista y enriquecidos con excelentes trabajos de orfebrería en plata y con la incorporación de figuras propias de algunos de esos lugares, como ocurre con la inclusión de la llama en sustitución de la mula.
  Los Misioneros llevaron también la Doctrina Cristiana a diversos lugares de Asia y África, es por ello que podemos encontrar muchas obras de figuras de Belén que son producto de la labor de artesanos locales, la mayoría trabajadas en madera de ébano, en piedra o marfil.
  Hoy día, junto con esta tradición familiar, podemos observar otras manifestaciones populares alrededor de nuestro Belén como la de cantar villancicos, o la de acercar los Reyes y la estrella hacia el Portal.
  Para que no se perdiese la tradición, surgieron en el siglo XX en Europa (sobre todo en España, Italia, Austria y Alemania) las Asociaciones de Belenistas.